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miércoles, 3 de julio de 2013

ESPACIO DE REFLEXIÓN.

LA RESPUESTA EMOCIONAL.


Se dice que el diálogo es un intercambio de inteligencias y la disputa un enfrentamiento de ignorancias.
En el diálogo prima la razón y lo que importa es acercarse a la verdad.La disputa,bien al contrario,consiste en mantener posturas viscerales,sin prestar oídos a los argumentos del otro: lo racional y lo emocional.

Nieztsche ya sostenía que el hombre es un puente entre el animal y el superhombre. O dicho de otra manera, un largo tránsito desde el subconsciente al superconsciente, desde el instinto a la intuición.
El punto exacto en que se encuentra cada individuo lo determina el grado de desarrollo de su intelecto y la supremacía que éste ejerza sobre las emociones.

¿Qué es una emoción?

Básicamente, un acto irracional, una falsa creencia, una convicción visceral,una percepción errónea,una deformación de la realidad,una fantasía que la mente vive como si fuera auténtica y que empuja a actuar de manera irreflexiva.

Cuando la mente sucumbe al influjo de las fuerzas emocionales,no escucha,no recibe, no registra, no analiza;sólo emite.
La comunicación entre los seres humanos sigue siendo un acto básicamente emocional.
En el fondo,las relaciones interpersonales responden a una compleja química emocional en la que cualquier nuevo elemento puede provocar reacciones insospechadas e incontrolables. La persona emocional siempre es impredecible. Ser un maestro equivale a dominar tanto el arte de tratar con las emociones ajenas como con las propias.

La condición humana obliga a la convivencia de emociones y razón.
Evolucionar consiste en liberarse de la esclavitud de las emociones.
Generosidad en el juicio,el ejercicio sosegado de la razón,aceptación de lo que no nos gusta,la inteligente relativización de todas las cosas son los adoquines que pavimentan el camino del crecimiento humano.



Extractos sacados del libro de Francisco López-Seivane.
"Cosas que aprendí de Oriente".

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